Seguro que has escuchado más de una vez la palabra oxitocina, pero no sabes muy bien lo que significa. ¡Pues te lo contamos! Toma nota y descubre todo lo que el cerebro puede hacer por nuestro estado de ánimo y nuestra felicidad.

¿Qué es la oxitocina?

La ciencia no para de sorprendernos y todavía no sabemos casi nada de lo que nuestro cerebro puede hacer. Sin embargo, cada día descubrimos cosas nuevas que nos dejan con la boca abierta. El término oxitocina, nos sonaba de oírlo en los partos pero… ¿qué es exactamente? La oxitocina es la hormona responsable de que amemos, seamos fieles, compasivos, amables… en definitiva, es la hormona del amor.

Además de hormona, es un neurotransmisor fascinante ya que está involucrada en el aprendizaje y la memoria, en el reconocimiento facial y de las emociones que tenemos sobre otras personas.

¿Para qué sirve?

La oxitocina es una molécula orgánica pequeña que se descubrió a principios del siglo pasado y se sintetizó artificialmente por primera vez en 1953. A día de hoy, cuando hablamos de ella, la relacionamos al instante con la hormona sintética que se pone a las futuras madres en los partos para inducirlo. Pero la oxitocina es mucho más. Se dice que es la facilitadora de la vida. ¿Por qué? La generosidad, el cariño, la confianza y la compasión se regulan por la oxitocina. Gracias a ella nos conectamos entre nosotros, con otras especies, con el entorno e incluso con nosotros mismos para coexistir en mayor armonía. Incluso, está demostrado que las especies animales, las madres defienden con su vida a sus crías y ese comportamiento está regulado por la oxitocina. De hecho, se sabe que entre los perros y los humanos se establece un vínculo mágico de lealtad y amor regulado por esta hormona.

Incluso, hoy en día, se está estudiando que la oxitocina aumenta nuestra atención hacia la información social  y emocional de nuestro ambiente. Es decir, aplica una conexión que invita a hacernos partícipes de todo lo que nos rodea y a mostrar sentimientos hacia lo que vemos. Por ello, se están iniciando ya pruebas clínicas para descubrir cómo regular la integración social, las relaciones afectivas y la calidad de nuestras interacciones con otros, gracias a esta hormona.

Por suerte, la oxitocina tiene un gran poder y trascendencia en nuestro cerebro y nos ayuda a ser un poquito más felices. ¡Larga vida a la hormona del amor y la felicidad!