El yoga tiene muchos efectos positivos en la salud física y mental, por lo tanto, se afirma que el yoga facial, que se realiza sin la ayuda de salones o dermatólogos, proporciona efectos reales de estiramiento facial y modelado facial. El yoga facial se trata de ejercicios de los músculos faciales para relajar la cara, disminuir la hinchazón facial, mejorar la simetría facial y promover la producción de colágeno para una tez radiante y rejuvenecida.

Una de las filosofías clave del yoga es ganar bienestar y fuerza mediante la movilización de las energías dentro de nuestros cuerpos. Al igual que practicar saludos al sol o abdominales, algunos yoguis aplican los mismos principios de fortalecimiento a los músculos de la cara. El yoga facial ha ganado interés a lo largo de los años a medida que los buscadores de belleza buscan formas alternativas y naturales de preservar sus rasgos juveniles. 

¿Qué es el yoga facial?

El yoga facial invita al movimiento a todo el rostro, especialmente a aquellos que no solemos movilizar a diario. Por ejemplo, se dice que mover el labio superior lo más posible sobre el labio superior es útil para reafirmar la línea de la mandíbula. 

Las herramientas de ejercicio facial, como el rodillo facial Jade, está diseñado para trabajar los músculos que generalmente están inactivos. 

Beneficios

Estos ejercicios son formas económicas, naturales y en especial, sin riesgos de mantener la juventud; A medida que más personas buscan enfoques holísticos y neuropáticos para mantener a raya el envejecimiento, el yoga facial podría ser la solución sin dolor para combatir las arrugas y la flacidez de la piel. El yoga facial podría ser la alternativa natural a las inyecciones y los procedimientos cosméticos; Una investigación realizada en Corea del Sur descubrió que la práctica persistente de ejercicios faciales tiene un impacto positivo en la elasticidad de la piel.

Como la mayoría de los enfoques de acondicionamiento físico no invasivos y naturales, una de las desventajas de ejercitar la cara como alternativa a los procedimientos de belleza es la falta de inmediatez. Para aquellos que tienen la paciencia y la persistencia para incorporar la práctica en su rutina diaria, pueden pasar varios meses hasta ver el resultado deseado, pero es cosa de probarlo, si nos queremos “ahorrar” la visita al cirujano estético.

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